lunes, 14 de septiembre de 2009

Receta para una enfermedad mediática

Centenares de enfermedades matan a miles o millones de personas cada año, pero pocas son las elegidas para alcanzar el podio de la fama mediática mundial. Para lograrlo, son necesarios varios ingredientes imprescindibles y algún condimento adicional.

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La gripe A es todo un ejemplo paradigmático de enfermedad mediática. Tanto es así, que el virus se transmite casi tan rápido entre las personas como entre las noticias de los distintos medios de comunicación. Muchos piensan que todo este bombardeo epidémico-informativo responde sólo a intereses económicos y farmacéuticos. La realidad, sin embargo, es mucho más compleja que todo eso y tiene su causa en múltiples facetas de la naturaleza humana. Para que una enfermedad llegue a los titulares de todo el mundo debe cumplir una serie de requisitos imprescindibles. Después podrá tener algún factor adicional que le ayude más o menos a conseguir aún más publicidad. La enfermedad de las vacas locas, la gripe aviar o el síndrome respiratorio agudo severo han sido también algunas de las elegidas para entrar en el podio de la fama. ¿Cuáles son los requisitos para que una enfermedad sea famosa?

— La enfermedad debe ser completamente nueva o, en su defecto, una variante "especial" de una enfermedad conocida desde siempre
El misterio, el miedo y la incertidumbre que provoca una enfermedad no conocida hasta el momento despierta mucho interés en prácticamente todas las personas. Por su carácter actual, se convierte inmediatamente en noticia y tiene mucho éxito en los medios de comunicación ante la audiencia. Estos medios, al comprobar el interés de su audiencia por las noticias relativas a la enfermedad responden con más noticias e información respecto a ella. Mientras una enfermedad "venda", los medios intentarán dar la mayor cantidad de noticias con distintos enfoques sobre ella. Las enfermedades rutinarias, las que se llevan padeciendo desde siempre, no levantan tanta expectación, no suelen ser noticia. En cambio, una enfermedad nueva, de la que inicialmente se conoce muy poco, atrae con facilidad la atención de todo el mundo.

— La enfermedad no debe tener cura o prevención asegurada por el momento (aunque pueda tenerla después)
Una enfermedad que tiene cura o forma de prevención y que está accesible para nuestro entorno no recibe demasiada atención. Sólo cuando una enfermedad afecta a las personas de una población y éstas no tienen medios eficaces para defenderse contra ella es cuando recibe el suficiente interés.

— La enfermedad debe percibirse como cercana (es decir, debe aparecer en el primer mundo)
Dejémonos de hipocresías sin fundamento. De la misma forma que no todas las enfermedades reciben el mismo interés, tampoco todas las muertes reciben la misma importancia. En términos de empatía, el impacto emocional causado por la muerte de una persona por gripe de nuestro entorno es mucho mayor que la muerte de un zimbabuense anónimo por malaria. Las enfermedades que causan muertes en el primer mundo reciben mucha mayor atención que las que aparecen en las regiones más pobres, aunque en estas últimas maten a muchísima más gente.

De esta manera, una enfermedad que mata o provoca enfermedades a personas de nuestro entorno recibe mayor interés, no sólo porque nos afecta de cerca sino porque también se contempla la posibilidad (consciente o no) de que nosotros también podamos sufrirla.

— La enfermedad debe ser infecciosa y dar indicios de que sea capaz de extenderse entre la población con facilidad (otra cosa es que al final lo logre)
Para que una población centre y mantenga su atención en una enfermedad, debe percibir que se está extendiendo sin apenas control, que van aumentando el número de enfermos y de muertes. El hecho de traspasar fronteras y que existan enfermos por todo el globo le da un tinte de interés adicional.

El número de muertes que se produzcan con respecto al número de enfermos (virulencia) influye también en la importancia mediática que reciba la enfermedad. Cuanto mayor sea la virulencia, más probabilidades de que reciba mayor atención por parte de los medios y de la población en general.

— Un poco de exceso de celo de las organizaciones sanitarias (principalmente OMS) para proteger a la población
Las autoridades sanitarias, ante enfermedades nuevas, prefieren pecar de prudentes antes que no tomar las suficientes medidas y arrepentirse por ello. Por esa razón, cuando aún no se conoce mucho las características de una enfermedad, es frecuente que tomen medidas en exceso antes que en defecto: estimar cifras exageradas de muertos que no se llegan a dar, emplear múltiples y diversos sistemas de prevención... . Estas medidas llaman mucho la atención de la población y pueden contribuir a la fama de una enfermedad.

— Algo de tratamiento amarillista y/o alarmista de la enfermedad en los medios de comunicación
Nada da más empujón mediático a una enfermedad que la exageración o manipulación de los datos sobre ésta en las noticias. Si la mayoría de los medios de comunicación no dejan que la realidad les estropee una buena historia, tampoco van a dejar que los datos epidemiológicos les pisoteen una buena enfermedad mediática cuando, encima, sólo aparece una de vez en cuando.

— Debe haber muertes a la luz de los focos
Como hemos mencionado antes, una alta virulencia garantiza el interés de los medios y de los lectores/oyentes/espectadores. Aún así, no es un requisito imprescindible. Si una enfermedad tiene una baja virulencia (provoca relativamente pocas muertes) pero todas y cada una de las muertes que provoca son anunciadas e, incluso, narradas y televisadas con nombre y apellidos, se percibe la enfermedad como más grave y virulenta de lo que es en realidad. Las muertes trágicas de bebés y embarazadas son las que más empatía despiertan y, por tanto, más recrudecen la visión de una epidemia.

— Si hay conspiraciones o polémicas alrededor de la enfermedad, mucho mejor
Una enfermedad mediática no sólo lo es por la cantidad de enfermos o muertos que pueda causar, también ayuda mucha el hecho de que vaya acompañada de una gran polémica o de conspiraciones. En el caso de las vacas locas, se despertó una gran polémica sobre la fabricación del pienso y la seguridad alimentaria lo que motivó, a su vez, que la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob fuera más famosa.

La evidente relación existente entre la gripe A y los beneficios económicos de determinadas empresas farmacéuticas ha motivado que se hable aún más de la enfermedad y surjan diversas conspiraciones (creación del virus en algún laboratorio, por ejemplo). Una graciosa paradoja, pues aquellos que critican la enorme publicidad que recibe la gripe A por oscuros intereses también están dándole publicidad a la misma, pero a su manera. Es lo que se denomina metainformación (información de la información). La gripe A no sólo ha conseguido que hablen mucho de ella, también ha tenido gran éxito en que las personas hablen sobre los que hablan de ella y sobre sus motivaciones e intereses (como también es el caso de este artículo).

¿Cuáles son los antídotos contra las enfermedades mediáticas?
Las opciones para que una enfermedad deje de ser mediática son las siguientes:

Conseguir la cura o vacuna de la enfermedad
Que la enfermedad termine desapareciendo por sí misma
Dar información alertando y no alarmando, aportando datos objetivos y contrastados. Eliminar aquellos datos morbosos que no son de interés informativo.
Debido a las peculiaridades de nuestra sociedad, es más probable que se dé lo primero, lo segundo, o lo primero y lo segundo todo junto, que lo tercero.

El mundo al revés... o no

El cielo está arriba y el suelo abajo, así nos lo cuenta nuestro cerebro y así lo percibimos. Pero, ¿qué ocurriría si nos pusiéramos unas gafas durante días que invirtieran las imágenes? ¿Estaríamos en el caos en un mundo al revés... o nuestro cerebro nos daría una sorpresa?

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Desde hace mucho tiempo, los científicos se han planteado cómo vemos el mundo a través de nuestros ojos. Pese a lo cotidiano que nos resulta la vista, lo cierto es que el funcionamiento de la visión del ser humano a nivel cerebral es todavía un enigma en muchas de sus facetas. Y así, muchas cuestiones formuladas hace bastante tiempo aún siguen vigentes: ¿Vemos las cosas como algo innato o hemos aprendido a verlas a lo largo del comienzo de nuestra vida? ¿Qué capacidad tiene el hombre para adaptarse a un cambio drástico en la visión?

Buena parte de estas preguntas pueden responderse, en parte. Por ejemplo, hoy en día sabemos que no nacemos con la habilidad de distinguir caras o percibir la profundidad de los objetos. Eso sí, poseemos la capacidad para aprender a desarrollar estas habilidades tras el nacimiento. Pero si algo fuera mal en los periodos de tiempo críticos para el aprendizaje visual (el bebé quedase ciego o no recibiera los suficientes estímulos visuales) esas habilidades quedarían ausentes para siempre. Sin posibilidad de volverlas a aprender en épocas más tardías de la vida humana. Por otro lado, también poseemos habilidades visuales que podríamos llamar innatas. Por ejemplo, somos capaces de percibir movimientos al poco tiempo de nacer, sin un aprendizaje visual previo.

Una de las cuestiones más relevantes, planteada desde hace siglos, trata sobre la forma en la que nuestro cerebro nos permite ver las imágenes en la forma en la que las vemos. Resulta paradójico que las imágenes que capta la retina procedentes de la córnea y el cristalino son totalmente invertidas. Es decir, a la retina llegan imágenes donde lo que está arriba se ve como si estuviera abajo y lo que está a la derecha se ve a la izquierda, y viceversa. En la imagen de la izquierda puede apreciarse fácilmente en qué consiste este hecho.

Neuropsychology of Art.Imagen invertida en la retina.
Así pues, si a nuestras retinas llegan imágenes invertidas, ¿por qué no vemos el suelo como si estuviera arriba y el cielo como si estuviera abajo? En definitiva, ¿por qué no vemos todo lo que nos rodea al revés? La explicación para esta contradicción reside en nuestro cerebro. Él se encarga de interpretar las señales que envían las retinas y de dar forma a la imagen que realmente vemos al final. De esta manera, el cerebro "endereza" de nuevo las imágenes captadas por las retinas permitiéndonos ver un mundo "a derechas".

Ante tal fenómeno, muchos investigadores se plantearon una duda. ¿Si nuestro cerebro es capaz de revertir unas imágenes invertidas procedentes de la retina, qué ocurriría si nos pusiéramos durante días unas gafas que invirtieran las imágenes? ¿Sería el cerebro capaz de volver a revertir las imágenes y volver a ver a derechas... o tal vez no?

El primer científico que realizó experimentos con gafas que invertían las imágenes fue el psicólogo George Stratton en 1896. Inicialmente, probó consigo mismo un monóculo que invertía las imágenes mientras tenía el otro ojo tapado. Durante las primeras 24 horas, veía todo completamente al revés, incapaz de llevar a cabo las actividades más sencillas y teniendo bastantes problemas para caminar.

Sin embargo, con el paso de los días Stratton comprobó que poco a poco iba realizando las tareas cotidianas con más destreza. Al quinto día ya era capaz de caminar con normalidad y, al cabo de una semana, afirmaba percibir el mundo al derecho. En otras palabras, parecía que el cerebro había "enderezado" su visión. Después de que eso sucediera, se quitó el monóculo que invertía las imágenes y, de repente, sentía que todo estaba al revés de nuevo y era incapaz, otra vez, de realizar tareas sencillas. Tuvieron que pasar varias horas hasta que pudo volver a adaptarse a esta nueva situación y tener una visión normal.

instructables.comAsí son unas gafas de imágenes invertidas.
Stratton volvió a repetir estos experimentos, pero con gafas de dos lentes que invertían las imágenes a un pequeño grupo de personas. Los resultados fueron similares a los del experimento realizado por Stratton en sus propias carnes. Con el paso del tiempo, más científicos se animaron a realizar investigaciones similares, como Kohler en 1964 y Dolezal en 1982. Algunos de los sujetos de los experimentos llegaban a montarse en bicicleta, conducir coches e incluso alguno llegó a pilotar un avión con las famosas gafas de imágenes invertidas. Eso demostraba, sin duda, que existía una fuerte adaptación en las personas al estar continuamente viendo al revés. Pero, ¿se trataba exclusivamente de una adaptación en la coordinación motora y sensorial (que se ha demostrado que ocurre en todos los casos) o realmente la vista llegaba a enderezarse del todo?

En 1999 y en 2002, dos grupos de científicos volvieron a realizar experimentos con las citadas gafas en un grupo de personas para responder a la pregunta anterior. En todas ellas se observó una buena adaptación con el paso de los días. Eran capaces de realizar ciertas actividades con cada vez mayor habilidad. Pese a todo, cuando se les preguntaba a las personas del experimento si llegaban a ver completamente al derecho, éstas mencionaban que no, que seguían viendo al revés.

Entonces, ¿en qué quedamos? Si ahora nos pusiéramos unas gafas con imágenes invertidas, ¿terminaríamos viendo al derecho con el paso del tiempo o seguiríamos viendo imágenes invertidas? Por lo que se sabe en la actualidad, lo cierto es que no ocurriría ni una cosa ni la otra, sino una mezcla en ambas. Veríamos ciertos objetos invertidos mientras otros los veríamos al derecho, existiendo cierta confusión e incoherencia, una especie de rivalidad de percepciones.

De hecho, se han descrito bastantes fenómenos curiosos debido a esta mezcla de percepciones extrañas. Así, por ejemplo, en algunos sujetos con gafas de imágenes invertidas, al principio veían una vela o una taza café al revés, como el resto del mundo invertido que percibían. Sin embargo, algo extraño ocurría cuando se encendía la vela o se llenaba la taza de café. Las imágenes de estos objetos se volvían a poner al derecho. El cerebro habría interpretado que es imposible que la llama de una vela vaya hacia abajo y no hacia arriba, o que la taza de café se llene estando volcada hacia abajo y no colocada hacia arriba. Ante la visión de tales incoherencias, el cerebro respondió cambiando la percepción de estos objetos para que resultasen coherentes con la percepción interiorizada que tenemos de cómo funciona el mundo y, concretamente, de la fuerza de la gravedad y la combustión de una llama.

Fenómenos parecidos se han podido repetir en experimentos más recientes. Ciertos objetos pasan de ser vistos del revés al derecho según si esta percepción viola o no la ley de la gravedad. Lo que demuestra hasta qué punto estamos adaptados a vivir con ella, tanto como para cambiar la visión de aquello que vemos si es incoherente con esta fuerza atrayente. De forma similar, también se han cambiado la percepción de ciertos objetos cuando éstos entraban en conflicto con los sonidos escuchados.

Así pues, después varios días llevando gafas de imágenes invertidas, antes que un mundo al derecho u otro al revés, percibiríamos una extraña mezcla de objetos invertidos junto con otros al derecho. Un distorsionado mundo que nos recordaría que las leyes de la física están para cumplirlas y que nuestra visión no está precisamente exenta de hacerlo.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Los antioxidantes te mantienen joven… la naturaleza, tu mejor aliada


Los malos hábitos de la vida actual, como las prisas o el consumo de tabaco, nos echan años encima antes de tiempo. Para poner freno a este envejecimiento precoz, nada mejor que acudir a la naturaleza. Ni cosméticos ni cirugía, productos cotidianos como los tomates o el aceite de oliva son los mejores aliados para mantenerse joven y saludable. Para retrasar el envejecimiento de la piel, no es necesario recurrir a las cremas caras o pasar por el quirófano. La solución más saludable está en la naturaleza. Los productos que contienen antioxidantes, como el café, el aceite de oliva y los cítricos, no sólo le ayudan a mantenerse joven por dentro y por fuera, también previenen de padecer enfermedades tan comunes en nuestra época como el cáncer…

El oxígeno, además de dar vida, produce con el paso del tiempo unas moléculas perjudiciales para nuestro organismo, los radicales libres. Otros factores externos, como la contaminación o el sol, y vicios incontrolados como el alcohol, el tabaco y el ejercicio físico, también contribuyen a su formación. Los radicales atacan las células que nos mantienen jóvenes y sanos que, aunque lógicamente acabarán deteriorándose, mejor cuanto más tarde.

Convierte tu cocina en un salón de belleza

Los jóvenes disponen de antioxidantes internos que reducen el daño en los tejidos del organismo, pero a medida que se cumplen años la velocidad de oxidación es mayor y hay que tomar antioxidantes externos. El médico especialista en nutrición Manuel Huerta afirma que con la alimentación se puede controlar el envejecimiento, y recomienda ingerir una dieta antienvejecimiento con efecto “lifting” sobre la piel, basada en nutrientes con poder antioxidante que mejoran el tono y brillantez del cutis.

Los principales son los que contienen vitaminas A, C y E, como es el caso de la zanahoria y el tomate, los cítricos y el aceite de oliva. También ayudan los productos ricos en cobre (frutos secos, legumbres y soja), en selenio (cereales integrales, levadura de cerveza, germen de trigo y productos lácteos) y en zinc (huevo, hígado y carne). El agua, por supuesto, es fundamental porque sin ella se produce la deshidratación y el deterioro celular causante del envejecimiento.

Calorías y vino

Los especialistas en técnicas antiedad creen que la restricción de las calorías, si se toman los alimentos adecuados, es una de las mejores formas de mantenerse joven por más tiempo. Además de una dieta adecuada, aconsejan hacer ejercicio físico moderado y controlar el estrés. La herencia genética es importante, pero está claro que si nos cuidamos tenemos mucho terreno ganado al respecto.

Vigilar las calorías que ingerimos no significa que tengamos que abstenernos de ciertos alimentos. Al contrario, algunos con un elevado aporte calórico como el chocolate negro pueden ser unos magníficos aliados en nuestra lucha contra el envejecimiento eso sí, siempre y cuando los tomemos con moderación.

Ocurre lo mismo con otro producto que habitualmente se ha considerado perjudicial para la salud: el café. Aunque puede ponernos nerviosos, causarnos dolores de estómago e incluso aumentar los riesgos derivados de una mayor presión sanguínea, 2 o 3 tazas al día aportan una buena cantidad de antioxidantes a nuestro organismo.

Un rejuvenecedor baño

Desde que se descubrió que condimentos exóticos como la soja o el curry escondían propiedades antioxidantes (en concreto, la especia amarilla ayuda a combatir el cáncer de piel), fueron muchos los que se lanzaron a adquirirlos en el mercado.

Ahora a la fiebre consumista por estos dos productos hay que sumar otro mucho más conocido, el vino. En lugares como Argentina ha pasado de ocupar un lugar preferencial en las mesas a ocupar otro no menos importante en los circuitos de belleza.

Fernanda Saravia es gerente de un spa en un hotel de la ciudad argentina de Mendoza que utiliza el vino hasta en los hidromasajes. Los tratamientos de este tipo ya tienen un nombre, “vinoterapia”. Como ella misma explica, “el poder antioxidante de los polifenoles que contiene la uva es cien veces más poderoso que el de la vitamina E, muy utilizada para productos de belleza. Esto hace que los tratamientos basados en el vino retarden el envejecimiento de las células del cuerpo”.

Elasticidad, juventud, firmeza... además de prevención frente al cáncer o enfermedades degenerativas como la arteriosclerosis. Con todas estas propiedades, ya es hora de que nos lancemos a darnos un baño alimenticio de antioxidantes.

Analgésicos, adictivos a los tres días

Algunas medicinas para aliviar el dolor que se venden sin receta médica pueden causar adicción en sólo tres días, advierte un nuevo informe. La Agencia Regulatoria de Medicinas y Cuidados de Salud del Reino Unido (MHRA), que asesora al gobierno británico, publicó nuevas regulaciones para los fármacos que contienen codeína y dehidrocodeína. El objetivo, dice, es minimizar el riesgo de uso excesivo y adicción. Los paquetes de estas medicinas deberán ahora llevar advertencias más firmes sobre el riesgo de dependencia. En el Reino Unido se venden aproximadamente 27 millones de paquetes de analgésicos que contienen codeína cada año…

Según la MHRA las cifras muestran que unas 30.000 personas en este país se han vuelto adictas a estas medicinas, aunque este número, dice, podría ser sólo "la punta del iceberg".

La codeína es un opioide que se usa para aliviar el dolor moderado o severo en trastornos como migraña, dolor dental, menstrual o de espalda.

Y a menudo se vende combinado con otros analgésicos más seguros como el paracetamol (acetaminofeno) o ibuprofeno.

La MHRA afirma que ahora estos fármacos se venderán con advertencias más prominentes sobre su riesgo de adicción tanto en el empaquetado como en el folleto interior.

Y se debe advertir a los consumidores que no tomen el fármaco por más de tres días seguidos.

Los paquetes también incluirán la advertencia de que el fármaco sólo debe usarse cuando no se logra aliviar el dolor con otros analgésicos como el acetaminofeno o ibuprofeno.

También se retirarán del empaquetado las sugerencias de usar las medicinas para aliviar catarro, gripe, tos y garganta irritada, así como referencias a trastornos con dolor leve.

Los paquetes grandes de codeína efervescente ahora sólo podrán ser vendidos con receta médica.

Información clara

Según la doctora June Raine, directora de Vigilancia y Control de Riesgo de la MHRA, afirma que tomados en la forma correcta y para el propósito correcto, los fármacos de codeína y dehidrocodeína, son muy efectivos y acetablemente seguros.

"Sin embargo -agrega- estos productos pueden ser adictivos y por eso estamos tomando medidas para evitar este riesgo".

La funcionaria agrega que es importante asegurar que las personas tengan información clara sobre cómo deben usarse los fármacos y cómo se puede minimizar el riesgo de adicción.

"Quien esté preocupado sobre estos fármacos deben hablar con el farmacéutico o un médico".

Por su parte, la Asociación de Medicamentos de Marca Registrada de Gran Bretaña (PAGB) que representa a los fabricantes de fármacos de venta sin receta, expresó su apoyo a las nuevas medidas.

"Las compañías de la Asociación ya tomaron medidas de forma voluntaria para restringir el tamaño de los paquetes a 32 tabletas" afirma Sheila Kelly, directora ejecutiva de PAGB.

"Y desde 2005 se han agregado las advertencias a los paquetes".

"Las nuevas etiquetas con advertencias más prominentes sobre el riesgo de adicción, que serán colocadas al frente del paquete, y para limitar las indicaciones a dolor moderado que no responda al paracetamol, ibuprofeno o aspirina, serán introducidas lo más pronto posible", señala la funcionaria.

Y agrega que "la vasta mayoría de personas utiliza de forma correcta los fármacos que contienen codeína y por lo tanto no deben preocuparse por la posibilidad de estar causando daños a su salud".

Acidez y reflujo gastroesofágico

En el estómago hay una gran cantidad de ácido que no produce molestias porque sus paredes están preparadas para soportarlo. Pero si el ácido sube del estómago al esófago, se tiene sensación de ardor porque las paredes del esófago son más sensibles. Esto se llama "reflujo gastroesofágico", que se puede definir como una afección común que a menudo se presenta sin síntomas después de las comidas. En algunas personas, el reflujo se relaciona con problemas del esfínter esofágico inferior, una banda de fibras musculares que generalmente cierran y separan el esófago del estómago. Si el esfínter no se cierra de manera adecuada, los alimentos y líquidos pueden devolverse hacia el esófago y ocasionar los síntomas. Si usted lo padece, puede mejorar los síntomas con algunas medidas generales sencillas que le ofrecemos a continuación…

Medidas posturales

Después de cenar, espere 2 o 3 horas antes de acostarse. Durante este tiempo, si quiere puede beber agua, pero no es recomendable tomar líquidos calientes ni grasos justo antes de ir a dormir.
Después de las comidas evite inclinarse hacia delante o acostarse (siesta).
Alimentación:

Haga comidas poco abundantes y frecuentes, 5 veces al día.
Algunos alimentos y bebidas empeoran los ardores. Evite las grasas (como las carnes rojas, los embutidos, los fritos, la pastelería y la leche o los lácteos no descremados). El chocolate, los picantes, el limón y la naranja ácida también pueden aumentar el ardor de estómago, igual que el café, el té, la menta, las bebidas alcohólicas y las que llevan cola o gas.
Son recomendables las verduras, las papas y las frutas de temporada.
Otras medidas:

Si tiene obesidad, le favorecerá perder peso para reducir la presión sobre el estómago. También es bueno vestirse con ropa que no apriete (incluido el cinturón).
El tabaco empeora el ardor, es mejor dejarlo.
Hay medicamentos que pueden producir reflujo (aspirina, antiinflamatorios, algunas hormonas, pastillas para dormir, etc.). Si toma alguno de estos tratamientos, coméntelo con su médico de cabecera. Puede ser recomendable cambiarlos por otros.

Hisopos mal usados pueden ocasionar otitis

El hisopo debe ser utilizado únicamente en las cabinas auditivas externas del oído, ya que si este producto de limpieza se inserta en las profundidades del orificio auditivo, ocasionan traumatismos y laceraciones que podría desencadenar en la aparición de una otitis o infección al conducto auditivo. El hisopo es únicamente para la limpieza de los surcos externos del oído, sin embargo, muchas personas, y aún más lamentable, los niños, ingresan este producto hasta lo más profundo del oído, maltratando el conducto auditivo, favoreciendo el ingreso de hongos así como bacterias y ocasionando una otitis…

El cerumen que segrega el oído se evacúa por las cavidades externas de forma natural, y si la persona tiene predisposición a una mayor cantidad de esta grasa, puede acudir al especialista otorrinolaringólogo para una limpieza profesional, con instrumentos adecuados.

Durante el primer estado de la dolencia, la persona presenta picazón en el oído, zumbido y dolor. Por ello es importante que ante los primeros síntomas, las personas, sean de cualquier edad, acudan inmediatamente a un profesional otorrinolaringólogo para descartar la enfermedad o detener su avance.

Sólo basta una semana para que la persona que ha iniciado una otitis desarrolle síntomas más agudos, como segregar pus, así como sufrir de dolor intenso o vértigo.

Tratamiento

El médico dispone el uso de antibióticos, teniendo como referencia los gérmenes que habitualmente son los responsables de la enfermedad. Habitualmente, con el tratamiento antibiótico la sintomatología mejora significativamente en 48 horas. Sin embargo, si existe efusión en el oído medio ésta puede persistir durante varias semanas. Al tratamiento antibiótico, en ocasiones, se asocian descongestionantes nasales y mucolíticos, pero siempre debe ser con prescripción médica.

¿Sabes comprar zapatos adecuados?

Cuatro de cada 10 mujeres compran zapatos de la talla incorrecta a pesar de estar conscientes de que no les quedan. Y 80% terminan con problemas de pies. Esa es la conclusión de una encuesta llevada a cabo en el Reino Unido por la Sociedad de Pedicuros y Podólogos (SCP) que encontró que 37% de las entrevistadas están dispuestas a usar zapatos incómodos si así lo dicta la moda. Y 17% de los hombres encuestados admitió también comprar calzado de la talla incorrecta. Entre las 2.000 mujeres que participaron en el sondeo, 80% dijo que sufría problemas de pies, como callos y uñas encarnadas. Y sólo 40% de los hombres y mujeres con problemas de pies suelen buscar la ayuda de los especialistas…

Si duelen está mal

El problema, dice la SCP, se presenta porque "somos incapaces de resistir las ofertas y esta pasión por la moda está dejando a muchas mujeres con una gama de trastornos muy incómodos y a menudo discapacitantes".

"Muchos de nosotros no podemos resistir una mercancía rebajada y el producto que está de moda" afirma Lorraine Jones, podóloga de la SCP.

"Pero es importante recordar que al comprar calzado que no nos queda bien, no sólo vamos a terminar estando muy incómodos sino también estamos poniendo en riesgo nuestra salud" agrega.

La experta afirma que es muy importante también saber que si los pies nos duelen es que algo está mal.

Lo más preocupante, dicen los expertos, es que las cifras presentadas en la encuesta reflejan el número de personas que están conscientes de que compran zapatos incorrectos, pero creen que hay mucha más gente que usa todos los días calzado mal entallado y sin saberlo.

Muchas personas sufren de problemas de pies en algún momento de su vida y aunque la mayoría de los trastornos son leves, algunos pueden ser extremadamente dolorosos y discpacitantes.

"No todos los problemas de pies pueden prevenirse -dice Lorraine Jones- pero la mayoría de éstos resulta del uso de un zapato incorrecto o un mal zapato".

"Por eso es muy importante usar calzado de la talla correcta y apropiado para la actividad que se va a reallzar durante el día".

Como dicta la moda

Aunque podríamos pensar que, en el caso de las mujeres, los mayores culpables son los tacones altos, no es así.

Los tacones pueden causar problemas, pero el peor calzado es el que no lleva agujetas, cordones o correas ya que provocan que el pie se deslice hacia adelante comprimiendo los dedos.

Los peores son las zapatillas que tienen la parte delantera muy corta, que no ofrecen ningún soporte al pie y que tienden a tener una punta muy estrecha.

"Usar un zapato correcto no necesariamente quiere decir que no estemos a la moda o que no usemos tacones" dice Lorraine Jones.

"Pero sí significa que debemos dar a nuestros pies un descanso y ver al especialista si tenemos algún problema".

La mayoría de los problemas de pies, dice la experta, pueden tratarse. Pero si no se detectan a tiempo o no se tratan adecuadamente algunos trastornos pueden volverse muy graves y dolorosos e incluso provocar dificultades para caminar.

Los expertos recomiendan, para el uso diario y frecuente, que las mujeres usen zapatos de tacón bajo -no más alto de cuatro centímetros- y que tenga la punta redonda.

Y subrayan la importancia de asegurarse de que los niños que están creciendo de forma acelerada usen la talla de zapatos correcta.

En promedio los pies de los niños aumentan dos tallas al año durante los primeros cuatro años de vida y una talla al año posteriormente hasta completar el crecimiento. Pero puede haber períodos en los que el pie no crece y después aumenta varias tallas en un período relativamente corto.

Por eso, dicen los expertos, se recomienda que una persona entrenada -en la tienda de zapatos- mida el ancho y largo de los pies del niño cada ocho semanas.