Caster Semenya está bajo la lupa mundial. Tras ganar la medalla de oro en una prueba de mediofondo en el mundial de atletismo de Alemania, la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) le pidió exámenes para comprobar su género.
¿Es esta atleta sudafricana realmente una mujer?
Su apariencia no le ayuda: tiene un gran desarrollo muscular, prácticamente no tiene busto, su pecho es amplio y sus caderas angostas. Y la notable ventaja que le sacó al resto de las competidoras en la prueba de los 800 metros planos, tampoco aporta.
Si se confirma que no es mujer, podría correr la misma suerte de la polaca Ewa Klobukkowska, quien en 1967 no pasó la prueba para determinar su sexo y se le prohibió seguir practicando deporte profesional.
La familia de Caster la defiende. Asegura que es mujer, y que ha sufrido toda su vida por su aspecto demasiado masculino.
Desequilibrios
¿Puede la atleta sudafricana ser mujer y parecer hombre? La respuesta es sí, y las culpables serían las hormonas. "No encuentro otra explicación", dice el doctor Rafael Gutiérrez, especialista en medicina del deporte de Meds, quien cree que la deportista tiene un exceso de testosterona, una de las tres hormonas masculinas.
El primer síntoma de un exceso de andrógenos (hormonas masculinas) es la aparición de mucho vello en el cuerpo, según explica Carlos Valenzuela, genetista de la U. de Chile. Pero "aunque tenga muchos andrógenos, la mujer también puede ser lampiña y no reflejarse el problema a simple vista".
La sobreproducción de hormonas masculinas en una mujer puede tener dos fuentes: testículos o glándulas suprarrenales. En el primer caso, explica el doctor Valenzuela, puede existir una malformación en la etapa embrionaria. "Una mujer puede tener todos sus órganos sexuales femeninos, con algún nivel de atrofia y, además, testículos". En la mayoría de los casos, este problema se detecta en la niñez, y las gónadas masculinas se extirpan con cirugía.
En el segundo caso, se debe a un mal funcionamiento de las glándulas suprarrenales. Éstas trabajan de tal forma, que elevan sobre el promedio los niveles de andrógenos que suelen tener las mujeres.
Valenzuela explica que ese desajuste puede producirse sólo durante la adolescencia, deteniéndose la sobreproducción en la adultez. Si fuera el caso de Caster Semenya, de 19 años, el desajuste debería haber terminado, y pronto su rendimiento debiera bajar hasta estándares normales para una mujer.
La tercera posibilidad, dice Valenzuela, es que Caster simplemente sea genéticamente más musculosa.
Ante las dudas, el chequeo comienza con una evaluación física completa. "A veces los órganos sexuales no son tan definidos. Hay personas que son un poco hermafroditas, o algunas se han sometido a cirugías plásticas", explica Carlos Infante, médico de la Corte Arbitral del Comité Olímpico de Chile.
La etapa siguiente es el examen de ADN, que sólo detecta el sexo y no las malformaciones o los desequilibrios hormonales. "A ella, esta apariencia la beneficia en lo deportivo. Si es fuerte de carácter, no le tendría que importar lo que digan de ella", opina Rafael Gutiérrez.
Todavía queda una última explicación para este aspecto físico: uso de esteroides. "Pero eso es doping, y la decalificaría de todos modos", termina Gutiérrez.
El drama de Santhi
En los Juegos Asiáticos 2006, la atleta india Santhi Soundarajan perdió su medalla de plata de los 800 metros tras no superar una prueba de determinación de género. Esta situación la llevó a un intento de suicidio.
Aunque tenía 25 años, ella aún no alcanzaba la pubertad. Su certificado de nacimiento establecía que era niña.
Hace 10 meses
