Estudios recientes han determinado que el ejercicio físico, la alimentación equilibrada, el buen humor y una actitud positiva ante la vida son prácticas que garantizan un freno al envejecimiento prematuro
Estudios realizados comprobaron que la actividad física proporciona a las personas mayores una mejora de las condiciones fisiológicas, físicas, anímicas y sociales.
Incorporando la actividad física a la rutina diaria, la persona mayor se siente atendida, recupera la confianza, se relaciona con los demás y se integra en grupos nuevos, huyendo de la soledad y previniendo deterioros y enfermedades.
La práctica frecuente de ejercicio físico moderado, tiene efectos beneficiosos en determinadas enfermedades.
Por ejemplo, la actividad física controlada, previene la osteoporosis, tambien es un buen tratamiento contra la obesidad, estabiliza las dolencias a los enfermos de artrosis y es básico en la recuperación de quienes hayan padecido infartos".
Las lesiones más frecuentes en los mayores que practican jercicio suelen ser articulares y musculares, por lo que es recomendable huir de los deportes de choque, bruscos o que sean emocionalmente extremados, recurriendo a los ejercicios físicos moderados, siempre acompañados de un entrenador personal.
Lo ideal, para quienes nunca han realizado ejercicio, es realizar 2 ó 3 sesiones a la semana de unos 30 minutos, que supongan quemar de 200 a 300 calorías diarias, la gimnasia moderada, caminar, correr, bicicleta fija, natación, son algunas de las opciones...
Si clasificamos por sexos, estadisticamente las mujeres son más aficionadas a realizar actividades deportivas y son más disciplinadas, mientras que los hombres "apuestan más por las reuniones sociales", dejando en segundo plano las actividades físicas.
Antes de realizar cualquier actividad física, consulte a un médico.
