viernes, 11 de septiembre de 2009

Olvídate tus malestares de forma natural

No sólo la aspirina, el ibuprofeno o el paracetamol son eficaces para aliviar las molestias dolorosas o algias. El yoga, la acupuntura y el pensamiento positivo también pueden funcionar como potentes analgésicos naturales, pero sin efectos adversos. Los principales medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación, solucionan un problema pero a menudo crean otros: una serie de molestias conocidas como efectos secundarios, que van desde las irritaciones gastrointestinales y los problemas hepáticos, hasta la somnolencia y los problemas de coagulación...

Las denominadas terapias alternativas o complementarias ofrecen una serie de opciones analgésicas, eficaces pero sin impactos adversos, debido a que no funciona con sustancias ajenas al organismo sino que aprovechan y movilizan los propios recursos del cuerpo y la mente. Están cada vez más avaladas por estudios médicos que confirman tanto su validez como su seguridad.

Respirar, meditar y aliviar...

El yoga, un método basado en el equilibrio entre la mente y el cuerpo que combina el ejercicio físico y el control de la respiración para lograr el bienestar físico y psíquico, puede ser eficaz para controlar el dolor, según ha demostrado un estudio en el que se colocaron agujas en la lengua y en las mejillas de un practicante experto sin que sintiera dolor durante la meditación.

Muchos maestros de yoga afirman que no les duele nada cuando meditan. Para comprobarlo, un equipo de investigadores del Instituto Nacional para Ciencias Fisiológicas, en Okazaki, Japón, ha examinado la actividad cerebral de un maestro de esta técnica oriental, comprobando que al hacerle daño durante la meditación, en su cerebro no se activan las zonas relacionadas con el dolor.

Aunque los resultados pueden no ser extrapolables al resto de la población, los investigadores japoneses han concluido que la práctica continuada del yoga provoca un cambio en la actividad neuronal durante el procesamiento del dolor, de modo que se pueden atenuar las molestias álgicas con la experiencia adquirida.

El poder de la mente y la sugestión

Si piensa que algo no le dolerá, probablemente no sentirá dolor. Es lo que viene a concluir una investigación de científicos de la Universidad de Stanford en Estados Unidos, que han descubierto que realizar ejercicios mentales mientras se observa el efecto del dolor en el cerebro, a través de un escáner electrónico, puede ayudar a mitigar el impacto de las molestias.

El estudio americano coincide con otros previos que sugieren que un cambio de actitud puede tener un efecto analgésico.

La investigación se efectuó con 36 voluntarios a los que se les aplicó calor en las palmas de las manos, con un nivel de temperatura acorde a lo que cada uno consideraba doloroso.

La acupuntura

A un grupo se le colocó en un escáner de resonancia magnética donde podían ver la actividad del área de su cerebro responsable de procesar el dolor, y además se les enseñaron estrategias para que el cerebro responda de forma diferente, como pensar en el dolor como una experiencia placentera.

Con el tiempo, las ocho personas que siguieron este entrenamiento mostraron una creciente habilidad para modular su respuesta al dolor, lo que según los investigadores abre una vía esperanzadora para las personas que sufren molestias crónicas.

Agujas que calman y anestesian

La acupuntura puede eliminar el dolor desactivando la región del cerebro que gobierna ese tipo de sensaciones y funcionar como anestesia, según han descubierto científicos británicos.

Investigadores del University College, de Londres, y de las universidades de Southampton y York, efectuaron un experimento con grupos de voluntarios a los que se les introdujeron agujas en determinados puntos del dorso de la mano.

En algunos casos, la aguja se introdujo superficialmente, a una profundidad de sólo un milímetro, mientras que en otros se llegó hasta un centímetro de profundidad en la carne.

Los científicos examinaron con un escáner el cerebro de los voluntarios, descubriendo que la introducción superficial de la aguja activaba las áreas del denominado córtex motor, lo que representa una reacción normal al dolor.

Pero si se introducía a más profundidad, se desactivaba el sistema límbico del cerebro, con lo que se eliminaba el dolor y el individuo sólo sentía una especie de hormigueo.

Mark Lythgoe, neurocientífico del University College londinense, ha calificado el hallazgo como importante porque demuestra el efecto físico de la acupuntura en el cerebro.

La profesora Kathy Sykes, de la Universidad de Bristol, no se ha extrañado de los resultados de esta investigación, ya que ella ha sido testigo en China de una operación a corazón abierto practicada en un paciente al que, gracias a la acupuntura, no hubo que anestesiar, según ha explicado al comentar el experimento.