viernes, 4 de septiembre de 2009

Dolor de cabeza y el calor

En los días más calurosos de seguramente has notando dolores de cabeza más agudos de lo normal. Dicen las estadísticas que la mayoría de las personas que tienen migraña y cefaleas tensionales, durante la época de calor, desarrollan con más facilidad sus patologías. Si añadimos que más del 20% de pacientes con migrañas no acuden a los especialistas para diagnosticarse, podemos decir que este tipo de perfiles sufren factores de riesgo cuando hay calor. Normalmente las personas que sufren dolor de cabeza, cefaleas y migrañas tienen que tomar precauciones especiales cuando están expuestas al sol. El calor y el sol provocan dolores de cabeza causados por la dilatación de las arterias y el aumento de la presión atmosférica…

Si las temperaturas suben más de la cuenta, lo mejor es que empieces a tomar precauciones ante el calor y el dolor de cabeza. Un calor sofocante puede provocarte una bajada de tensión con sensación de mareo, unido a un tremendo dolor de cabeza que no te deja abrir los ojos.

En caso de que te ocurra algo así, siéntate o descansa en lugares frescos y a la sombra. Aflójate la ropa, viste con ropa cómoda y ligera, que no te agobie. Cuando te sientas con mucho calor intenta refrescarte la nuca, las sienes y la cabeza con agua fría.

Protegerse de los golpes de calor es fundamental para evitar el dolor de cabeza causado por el calor y para impedir una subida peligrosa de la temperatura corporal.

Los síntomas son piel roja y caliente, fiebre, sensación de atontamiento y, en algunos casos, vértigo y dolor de cabeza.

Como solución, se aconseja sumergir el cuerpo en agua fría y mantenerlo envuelto en algo mojado, además de descansar, beber mucha agua y bajar las persianas para evitar que entre mucha luz y, para calmar el dolor de cabeza.

Puedes disminuir los síntomas del dolor de cabeza ingiriendo alimentos ricos en vitaminas como el germen de trigo, la soja, las almendras, el pescado, los huevos, las legumbres y el cambur, también los frutos secos, los cereales, etc.

Las terapias de relajación, los masajes sobre las sienes con aceite de yerbabuena o los trapos húmedos en la frente son algunos de los remedios naturales que hacen disminuir el dolor.