martes, 11 de agosto de 2009

Un matrimonio duradero se vincula con mejor calidad de la salud

Las personas que se casan de por vida tendrían una mejor calidad de salud que los eternos solteros, aunque enviudar afectaría significativamente el bienestar.

Históricamente, los estudios demostraron que las personas casadas, como grupo social, suelen tener mejor salud que los solteros, aunque estudios más recientes sugieren que esa ventaja del matrimonio estaría desapareciendo.

En la nueva investigación, los autores hallaron que los estadounidenses casados de mediana edad y mayores tendían a calificar mucho mejor su salud que los que nunca se habían casado. Aquel grupo tenía también menos síntomas de depresión y limitaciones de la movilidad.

Por otro lado, a los adultos divorciados o viudos les fue peor en ciertos indicadores de salud que a los solteros, incluida la cantidad de enfermedades crónicas informadas.

"En promedio, (los viudos o divorciados) sufren un 20 por ciento más enfermedades y un 23 por ciento más limitaciones físicas", escribió el equipo en Journal of Health and Social Behavior.

Volverse a casar pareció reducir algunos de los efectos sobre la salud del divorcio o la viudez. De todos modos, los hombres y las mujeres que se volvieron a casar seguían teniendo en general menor calidad de salud que el grupo casado desde hacía años.

"Perder el matrimonio por un divorcio o la viudez es extremadamente estresante y ese período de alto nivel de estrés atenta contra la salud", declaró por escrito la investigadora Linda J. Waite, profesora de sociología de la University of Chicago.

"Hay que pensar en la salud como si fuera dinero en un banco. El matrimonio es un mecanismo para 'restar' o sumar salud. El divorcio es un período de gastos altísimos", agregó la experta.

Los resultados surgen de datos sobre más de 9.100 estadounidenses de 50 años o más, que participaron en una encuesta nacional de salud en 1992.

El 55 por ciento estuvo casado continuamente, el 4 por ciento nunca se había casado y el resto se había divorciado o había enviudado por lo menos una vez.

La historia marital estuvo asociada con el estado de salud general, aún cuando Waite y su colega Mary Elizabeth Hughes analizaron la edad, la etnia, el sexo y la educación de los participantes.

Los resultados no necesariamente significan que con sólo estar casado se tenga garantía de salud.

Una limitación del estudio, según sus autores, es que no incluyó información sobre la calidad del matrimonio. Estudios previos habían hallado que las personas que mantienen un matrimonio no feliz tendrían más riesgo de sufrir problemas de salud, como hipertensión, depresión y enfermedad cardíaca.



FUENTE: Journal of Health and Social Behavior