lunes, 3 de agosto de 2009

Moderación, la clave para evitar sus riesgos

Si no tomé vino durante toda la semana y el sábado tomo un litro y medio, eso es lo mismo que, en vez de tomar diariamente un medicamento antihipertensivo, tomar todas las pastillas de la semana juntas: el resultado es una sobredosis", advirtió el doctor Roberto Peidro, director del Centro de Vida de la Fundación Favaloro, que subrayó que el consumo de bebidas alcohólicas siempre debe ser moderado.

La medida correcta, desde el punto de vista de la salud, no debe exceder los 250 mililitros diarios. Por arriba de los 300 mililitros, los posibles efectos saludables del vino dejan su lugar a sus efectos nocivos. "A partir de los 300 mililitros, si uno sigue aumentado la cantidad de vino, ahí empieza a aumentar el riesgo de enfermedad coronaria y de muerte por enfermedad coronaria", agregó el cardiólogo.

Pero el impacto del consumo en exceso del alcohol excede al aparato cardiovascular: desde la cirrosis al accidente cerebrovascular (ACV), por citar sólo dos ejemplos, es muy amplio el espectro de afecciones a las que puede dar lugar el consumo excesivo de alcohol, sin olvidar por supuesto su gran potencial para convertirse en una adicción.

El mismo estudio norteamericano que demostró recientemente que el consumo moderado y regular de bebidas alcohólicas ayuda a prevenir las demencias, también halló que los que las consumen en exceso duplican el riesgo de padecerlas.