sábado, 29 de agosto de 2009

Los temores frente a las "estrellitas" de los análisis

Los análisis sanguíneos médicos de rutina llevan, a veces, a cierta aprensión en algunas personas al descubrir como en el análisis aparece una o más de las temidas "estrellitas". ¿Hay razones para tener miedo?

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Cada día es más frecuente la realización de análisis sanguíneos de rutina en personas que no tienen por qué estar enfermas. El desarrollo de la tecnología implicada permite obtener con mucha rapidez y fácilmente los resultados de los análisis. Si añadimos, además, la gran cantidad de datos que aporta al médico, no es en absoluto sorprendente que el análisis sanguíneo sea una de las pruebas complementarias más solicitadas: Ya sea por un examen médico de trabajo, por conocer los factores de riesgo cardiovascular de la persona, una revisión en el embarazo o simplemente porque el médico estima oportuno en una determinada persona hacer un análisis.

Pero aunque la utilidad de los resultados de los análisis sea algo indiscutible para el médico, tiene su "lado oscuro": La lectura de los análisis por parte de la propia persona, que puede malinterpretar y asustarte frente a las archiconocidas "estrellitas". Suelen pensar que la aparición de una "estrellita" siempre es algo que no marcha bien o que puede ser señal de una enfermedad. Muchas de ellas terminan preguntando al médico si ese resultado marcado por el temido asterisco es razón de preocupación y terminan despejando así su duda.

Pero en muchas ocasiones ocurre que la persona no se atreve a preguntar, al no mencionar el médico nada sobre la estrellita en cuestión, y se queda con cierta aprensión y duda. Duda que a menudo resuelven tras encontrar a alguien en confianza (médico o estudiante de medicina) a quién contársela. Raro es el médico al que no le ha venido algún familiar o amigo preguntándole sobre la "amenazadora" estrellita expuesta en el análisis.

¿Es razonable esta sensación de temor por un resultado "anormal"?

En absoluto. En estos casos prima una máxima muy clara: Si el médico no comenta el resultado con la estrellita casi nunca deberás preocuparte por el mismo.

¿Y por qué un resultado "anormal" con estrellita puede considerarse como algo normal?

Los resultados de los análisis sanguíneos siempre deben ser interpretados individualmente y teniendo en cuenta numerosos factores. Hasta tal punto pueden ser "engañosos" los resultados de los análisis que los resultados que para algunas personas podrían ser normales para otras podrían significar una enfermedad. Pero, para entenderlo más y mejor, pasemos a enumerar algunos de los factores que debemos tener en cuenta cuando "razonamos" un resultado de una "analítica":

Factores Individuales
Los asteriscos (o estrellitas) son señales que aparecen en análisis médicos ante valores que se salen fuera de los parámetros considerados normales (bien por lo alto, o bien por lo bajo). Estos parámetros se fijan según un patrón de normalidad en la población. Como casi todos los rasgos biológicos (altura, peso, inteligencia, etc.) estos se distribuyen en una población siguiendo una curva de Gauss.

Pero...¿Todo eso en cristiano qué significa? Viene a decir que los parámetros considerados normales en los análisis dependen de la frecuencia de valores de un rasgo determinado en la población. Por poner un ejemplo sencillo (y no andar con valores sanguíneos), para la altura el valor más frecuente o estándar es 1´70 m. y después hay estaturas por encima y por debajo dentro de la normalidad, hasta cierto punto. Normalmente se suele establecer como "normal" el 90% de la población. Los valores más bajos (5%) y más altos (5%) son considerados "anormales". Pero esto no tiene porqué significar directamente una enfermedad sino que el sujeto es totalmente sano pero pertenece a ese 5% de la población que se encuentra en un valor de un rasgo determinado más bajo o alto de lo normal.

Así, por ejemplo, una persona con una estatura de 1´45 m. podría significar que tiene una enfermedad que le impide su crecimiento normal o bien es una persona que se encuentra dentro de ese 5% de la población que es bajito. Para poder conocerlo debemos estudiar a la persona para distinguir si es una cosa u otra. Es decir, tenemos que conocer los factores individuales: Si su familia también es de baja estatura, si es hombre o mujer, si hay ausencia de signos y síntomas... Algo similar ocurre pues, para los valores sanguíneos: Concentración de eritrocitos, proporción de neutrófilos y linfocitos, valores de transaminasas...

Factores modificadores
Hay gran cantidad de circunstancias que pueden modificar los resultados de los análisis: La dieta, el ejercicio físico, el momento del día en que se toma la muestra, etc. Un ejemplo muy llamativo lo tenemos en personas que han ido de mariscada el día o pocos días antes de ir a que le extraigan sangre. ¿El resultado? El ácido úrico en personas propensas suele dar las nubes. También resulta llamativos los valores de transaminasas (enzimas del hígado) que suelen estar elevadas tras un esfuerzo físico intenso (maratón, triatlón, etc.) sin que ello tenga que significar una hepatitis ni nada por el estilo. Es por ello muy importante ante valores con "estrellita" aclarar si ha existido algo que lo haya provocado.

Peculiaridades de cada rasgo biológico
Es esencial comprender el comportamiento y papel de cada valor para asignarle la importancia ante uno que aparezca en los resultados de los análisis como "anormal". Por ejemplo, es muy frecuente que el porcentaje de los distintos leucocitos o glóbulos blancos (neutrófilos, linfocitos, mastocitos...) cambie hasta cierto punto sin que ello tenga que significar nada raro. Igual ocurre con los valores de las transaminasas que pueden estar ligeramente altas en algunas personas y que al poco tiempo terminan normalizándose sin ninguna complicación. También, por ejemplo, es particularmente frecuente que la creatinina esté alta en personas que son musculosas.

Factores de riesgo
Aunque, como ya hemos comentado extensamente antes, una "estrellita" no tiene por qué significar enfermedad, sí que hay estrellitas que pueden indicar probabilidades de padecer una enfermedad en el futuro, por ser indicativos de factores de riesgo. En los análisis sanguíneos los principales factores de riesgo cardiovascular son los siguientes:

Colesterol Total: Más de 200 mg.

Colesterol LDL (conocido como colesterol malo): Más de 130 mg.

Colesterol HDL (conocido como colesterol bueno): Menos de 40 mg.

Triglicéridos: Más de 150 mg.

Si uno o más de esos valores te sale con "estrellitas" muy probablemente tu médico te indicará que modifiques tu dieta hacia otra más sana y baja en grasas para disminuir las probabilidades de terminan padeciendo una afectación cardiovascular. Recuerda que la mejor manera de combatir una enfermedad es previniéndola.