martes, 28 de julio de 2009

Los autos deportivos mueven las hormonas masculinas

En qué se parece un pavo a un hombre que, echado hacia atrás, con un brazo sobre el volante y mirada de satisfacción, conduce un caro auto deportivo?

Para los investigadores Gad Saad y John Vongas, de la U. de Concordia (Canadá), hay claras semejanzas. Éstos pidieron a un grupo de hombres manejar un Porsche descapotable por media hora por el centro de Montreal y otra media hora por una carretera semidesierta.

Otro grupo debía conducir en los mismos lugares un viejo station wagon familiar de 1990.

A través de muestras de saliva, detectaron que cuando los hombres manejaban el auto deportivo, sus niveles de testosterona -hormona masculina- aumentaban de forma importante, sobre todo al circular por la ciudad, expuestos a la mirada de peatones y conductores.

En tanto, entre quienes manejaron el viejo auto familiar los niveles de testosterona se redujeron levemente.

Según Saad y Vongas, la respuesta hormonal masculina al conducir un auto caro y llamativo semeja a la que se gatilla entre los machos durante el cortejo sexual.

Los autores, que publican su estudio en la revista Organizational Behavior and Human Decision Processes, agregan que tal como los pavos reales abren sus llamativas colas para atraer la atención de la hembra, los hombres usan sus autos para hacer un despliegue de estatus social y riqueza. "Creen que poseer un buen auto se asimila a tener un poderoso atractivo sexual que los vuelve irresistibles para las mujeres".