martes, 21 de julio de 2009

Consejos para personas con tendencia a la formación de tapones en los oidos

La cantidad y la calidad de la cera en el oído es muy variable entre unos y otras personas. En muchos casos existe una propensión genética a tenerlos. En tales casos, el consejo principal es que acudan al especialista para descartar que exista una lesión.

Antes de proceder a sacar el tapón, el otorrinolaringólogo suele realizar un examen que incluye una otoscopia. Con esta exploración se visualiza el conducto auditivo externo, el tímpano y el oído medio.

Existen dos tipos de tapones: los de cera, que son los más comunes y están causados por una acumulación excesiva de cera; y los epidérmicos, menos frecuentes, y producidos por una descamación de la piel dentro del conducto.

Una vez descartadas cualquier tipo de lesiones, se aplican distintos procedimiento:

- Irrigación. Consiste en la introducción de agua templada en el oído para reblandecer la cera y que salga hacia fuera. Actualmente existen en el mercado productos para poder realizar este procedimiento en casa pero los profesionales advierte del peligro de hacerlo uno mismo por lesión que pueden provocar debido a la presión o de infecciones en el caso de que el tímpano esté perforado y la persona lo ignore.

- Cirugía instrumental. Siempre deben realizarla otorrinolaringólogos. Se trata de llevar un control microscópico y de la limpieza del oído con los instrumentos adecuados.

Los individuos con tendencia a la formación de tapones suelen acudir una vez al año al otorrino pero existen casos de recurrencia en la que las citas deben ser más frecuentes, aproximadamente de 2 a 3 veces anuales.